Trituradora de Cuarzo

El cuarzo es un mineral de la clase 4 (óxidos), según la clasificación de Strunz, compuesto de dióxido de silicio (también llamado sílice, SiO₂). No es susceptible de exfoliación, porque cristaliza en el sistema trigonal (romboédrico). Incoloro en estado puro, puede adoptar numerosas tonalidades si lleva impurezas (alocromático). Su dureza es tal que puede rayar los aceros comunes.

Para obtener un buen rendimiento en la molienda de estos materiales, el tamaño recomendable de alimentación debe ser inferior a unos 30 mm. En el caso de que el producto a moler proceda de canteras se presenta en tamaños muy superiores, y por tanto hay que reducir previamente estos tamaños.

Para el trituración previo de estos materiales, dada su abrasividad, el tipo de máquina más adecuada es la trituradora de mandíbulas, como primaria, y trituradoras de cono como secundaria, una girogravilladora o bien un molino de rodillos Serie MTW. Estas máquinas, debido a su forma de trabajo, tienen un desgaste mínimo y su robustez las hace imprescindibles, o por lo menos recomendables en este tipo de trabajo.

Para obtener un rendimiento óptimo en la molienda de cualquier tipo de material es requisito indispensable que el contenido de humedad del mismo sea muy bajo.

La humedad crea problemas importantes en la molienda, que no solamente condicionan un bajo rendimiento de las instalaciones, sino también un mal funcionamiento de las mismas, debido a las condensaciones que se suelen producir en el circuito de clasificación, y sobre todo, en los filtros de mangas. Para la molienda del cuarzo y del feldes- pato, debe exigirse una humedad inferior al 0,5 %; para otros productos más higroscópicos, como pueden ser el caolín y las arcillas, el contenido admisible suele ser muy superior. Tampoco interesa en la molienda de este tipo de materiales —nos referimos al cuarzo y al feldespato— que estén totalmente secos, ya que con humedades inferiores al 0,3 % ó al 0,2 %, el producto tiende a adherirse a las paredes del molino, experimentándose un descenso en el rendimiento.

Lo más aconsejable para moler materiales húmedos es proceder a un secado previo, y el medio más adecuado en el caso del cuarzo y del feldespato, es la utilización de secaderos a base de trómeles rotativos con secado por corriente en paralelo, es decir, con un mismo sentido en el movimiento del fluido calefactor y del material a secar.

Como solución más económica suele utilizarse el secado simultáneo a la molienda, siempre y cuando la humedad del producto no sea excesivamente alta y, en nuestra opinión, cuando el contenido de humedad en los materiales que tratamos no sea superior al 6 %. Este tipo de plantas de molienda con secado simultáneo tiene el inconveniente de ser extraordinariamente sensible y, por tanto, de presentar dificultades en la regulación de las mismas.

Estas plantas responden a un diseño especial, tanto en el molino como en el sistema de separación aplicable al mismo. Los molinos empleados suelen necesitar un diseño especial de cojinetes con refrigeración incorporada, y los filtros de mangas necesitan una superficie filtrante muy superior a las empleadas en la molienda normal, e incluso hay que proceder al calorifugado del mismo para evitar condensaciones que pudieran afectar al normal funcionamiento de la planta.

En los casos donde la humedad puede afectar al rendimiento de la planta de molienda, lo más adecuado es optar por la primera solución, es decir, disponer de un elemento de secado diferente al elemento de molienda, con lo cual existe una mayor agilidad en el manejo de la planta, una mayor seguridad de funcionamiento y una forma de trabajo más lógica.